Río Gállego 1973

 


La cantidad y la calidad de las aguas del río Gállego eran de una realidad contrastada desde la más tierna antigüedad, y eso se mantenía intacto en su tramo zaragozano. De toda la vida, los molinos harineros y papeleros de la ciudad buscaban una ubicación preferente cerca del Gállego, como clara indicación de su óptima calidad acuática. La principal contraindicación natural eran los desbordamientos y crecidas del río, con un impacto notable sobre riberas, puentes, y cultivos. La suerte de los sucesivos puentes tendidos sobre el Gállego para salvar el camino a Cataluña, lo ilustran bien.
Esto cambió radicalmente durante la segunda mitad del pasado siglo. Los caudales del río fueron regulados casi hasta la última gota, mediante embalses y pantanos, que lo han dejado reducido a un arroyo, y la calidad de sus aguas quedó aniquilada cuando el río fue utilizado como vertedero de residuos de las fábricas que se instalaron en sus márgenes. Tal vez el caso más conocido sea el del pesticida tóxico "lindano" producido en la planta de Sabiñánigo de "Industrias Químicas del Noroeste, S.A." (INQUINOSA), y vertido al río sin control durante muchos años.
En la imagen, aspecto del río Gállego en la zona del puente de Santa Isabel, ya más como cloaca infecta, que como maravilloso río que nace en los Pirineos.

Publicar un comentario

0 Comentarios