Mudados
desde la calle San Miguel en 1880 a una nueva ubicación más espaciosa
en Campo Sepulcro, junto a la homónima estación de ferrocarril, Averly
inicia una etapa de crecimiento y producción de raíles para tranvías,
turbinas hidráulicas, engranajes, poleas, cojinetes, elementos de
transmisión, ruedas dentadas, material sanitario especializado,
maquinaria e instalaciones de molinería, panadería, extracción de
aceites y vinos, generadores y autoclaves de vapor, instalaciones para
riegos y material para la agricultura, etc.
En la ciudad, y en el
terreno de la fundición artística, reconocemos obras de Averly en la
estatua del Justicia (Plaza de Aragón), el león del Batallador (Cabezo
de Buena Vista), la Fuente de la Samaritana (Plaza del Justicia), la
Fuente de las Garzas (Plaza de Utrillas), ornamentos de La Seo y El
Pilar, los chapiteles de sus torres, las columnas de los porches del
Mercado Central, las estructuras metálicas en los palcos del Teatro
Principal...
En la imagen, salida de obreros de la fundición, porque
Averly también fue cantera del movimiento obrero organizado en la
ciudad.
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