El francés Leoncio Garnier estaba establecido desde 1905 en San Sebastián, donde regentaba un garaje de autos. Cuando poco después comenzó la eclosión de la aviación, Leoncio se volcó en ella con el espíritu de los locos pioneros, construyéndose un aparato monoplano volador que sería el primero de sus características realizado en España. Desde entonces, y aunque mantenía su negocio del garaje, se dedicó completamente a volar en las denominadas "fiestas de la aviación" que proliferaron como un innovador componente de la programación festiva en muchas ciudades españolas. De esta forma, en 1912 Leoncio ya llevaba realizados solo ese año 209 vuelos a lo largo y ancho de la geografía peninsular, cuando en octubre recayó en Zaragoza, contratado para volar durante las fiestas del Pilar en el campo de Valdespartera.
Lo hizo con el aeroplano de la imagen: un monoplano Bleriot tipo XI con motor de 50 caballos de fuerza, capaz de llevar a un piloto que no sobrepasara los sesenta kilos de peso... En uno de los vuelos estuvo en el aire dieciséis minutos, recorriendo treinta kilómetros a una altura máxima de doscientos metros. El público llegado desde la ciudad y las primeras autoridades de la misma le felicitaron por la hazaña.
Dos años más tarde y hasta 1918 Leoncio combatió como Léonce bajo la bandera francesa en la Gran Guerra contra Alemania, sobreviviendo a este terrible conflicto.
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